Mi papá, un amor incondicional, una voz para siempre
- Valerie Rodas Moys
- 17 jun 2016
- 3 Min. de lectura
"How deep is your love" un tema de los Bee Gees y una canción para recordar. Fue un débil beso en la frente: "-Adiós mija, te quiero mucho, pórtate bien, cuida a tu mamá...”, tal vez la segunda petición no la cumplí del todo, esas fueron las últimas palabras que escuché la mañana del 7 de septiembre de 2003, él iba en camino al hospital porque el dolor de cabeza ya era algo insoportable desde la noche anterior.
Días antes, supongo que él presentía lo que vendría, como tantas otras noches hablamos de todo un poco, pero ese día en especial, recuerdo claramente sus palabras “...tal vez ya no esté vivo para tu graduación, cumplí tus sueños, no dejes que nadie tome tus decisiones, hacé lo que te gusta, no dejes de aprender. leé...” esa charla se extendió varias horas, fue una bonita despedida, yo aún no lo sabía. Hablar con él no era aburrido, sabía de todo un poco, no había pregunta que se quedara sin respuesta, mi papá lo sabía todo y si no sabía algo entonces investigaba para saber, era una persona con la que cualquier tema de conversación era interesante.
Fue un hombre muy inteligente que disfrutaba de la buena música, la lectura y también de la buena comida, las tres cosas las aprendí muy bien. Yo tenía 13 años y la adolescencia alteraba mi humanidad, no fue fácil despedirse, yo no sabía siquiera qué significaba exactamente “meningitis” y él ya no estaba para explicarme. Sin duda, lo complicado vino después del 15 de Septiembre de 2003, la bocina del carro que se escuchaba por la noche no era la de él, ya no se escuchaba en el radio a los Bee Gees a todo volúmen, ya no podía escabullirme durante su siesta hacía el cenicero del carro para tomar unas monedas ( aunque siempre se daba cuenta), ya no veía la luz del baño encendida a las 4 de la mañana, ya no podía acompañarlo a admirar su trabajo frente al micrófono en aquella cabina donde hoy aún está su fotografía, el domingo ya no había desayuno desde muy temprano y se habían terminado los sabios consejos, ya no estaban las respuestas a todo, ya no estaban sus regaños, mi papá ya no estaba y se había llevado con él la alegría de mi mamá y la fortaleza de una familia entera. El paso de los años lo hizo aún más difícil, mis sueños de seguir sus pasos profesionales y que fuera él mi mentor, se esfumaron ese fatal 14 de Septiembre de 2003, fue un duro golpe para mi futuro, Dios decidió llevárselo y todo pasa por una razón, sé que Dios tiene planes perfectos.
No fui la hija más amorosa, pude haber dado más, "Al mejor papá del mundo” así decía la última tarjeta que pude entregarle el 17 de Junio del 2003, él derramó unas cuantas lágrimas al recibirla, se disculpó por mostrar sensibilidad y me abrazó fuerte, fueron lágrimas de ese gran amor que me tenía y esa tarjeta fue de las pocas pertenencias que guardaba en su oficina, fue algo importante para él y sin imaginarlo sería el último regalo que podía darle un 17 de Junio.
Siempre estuvo orgulloso de mi, siempre me hizo sentir capaz de hacer absolutamente todo lo que me propusiera y ser la mejor en ello. Es el hombre de mi vida, a quien admiro completamente y llevo siempre en mi mente y corazón. No todo es tristeza, por el contrario, lo mejor que pudo pasarme fue ser su hija, 13 años fueron a mi gusto muy poco tiempo para compartir con él pero fue suficiente para dejar una huella imborrable y siempre estaré agradecida con él por haberme dado todo lo necesario para vivir dignamente, los buenos hábitos que aprendí de él marcaron mi vida para siempre; gracias “Romolin”, lo extraño y me encantaría poder estar juntos cantando ‘Para no verte más’ de "La Mosca Tse Tse", tal vez un domingo después de leer todos los períodicos, después de ir a comprar los ingredientes de alguna exótica receta para el almuerzo, despupes de ir a la Avenida Las Américas a comer un helado... qué importante es el papel de un padre ¿verdad? por eso ¡feliz día a quienes lo han sabido cumplir!
Su voz siempre estará con los que lo amamos
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